Ape
Decadencia
La mansión se erguía majestuosa, pero sus paredes contaban historias de un esplendor ya desvanecido. Las columnas, alguna vez orgullosas guardianas de la entrada, ahora mostraban grietas y vestigios de un pasado glorioso. Los jardines, antaño exuberantes y llenos de vida, se habían convertido en un laberinto de maleza que ocultaba sus secretos entre sus enredaderas.
Dentro de la mansión, los salones resonaban con ecos de risas que ahora solo vivían en el recuerdo. Los candelabros, antes resplandecientes, arrojaban una luz tenue sobre muebles cubiertos de telarañas y cortinas desgarradas. Retratos de antepasados miraban desde las paredes, testigos silenciosos de una gloria pasada.
En la vasta biblioteca, estantes de libros polvorientos se alzaban como tesoros olvidados, sus páginas amarillentas susurrando historias que ya no encontraban oyentes. Los pasillos, una vez frecuentados por sirvientes diligentes y huéspedes ilustres, ahora resonaban con el eco solitario de pasos fantasmas.
El señor de la mansión, una sombra de lo que alguna vez fue, deambulaba por los salones con la pesada carga de los recuerdos. Sus ojos, antes centelleantes con la promesa del futuro, ahora reflejaban la tristeza de un tiempo que se había escapado entre sus dedos. La decadencia había dejado su marca en cada rincón, recordándole que todo lo grandioso eventualmente se desvanece, dejando solo ruinas y susurros melancólicos.
Ape del 67
«Érase una vez una vieja Piaggio Ape llamada Rosie que había sido propiedad de un anciano llamado Sr. Rossi durante muchos años.
El Sr. Rossi era un hombre amable y gentil que sentía un profundo amor por su pequeña Ape amarilla, y la había cuidado mucho a lo largo de los años.
A medida que el Sr. Rossi envejecía, empezó a preocuparse por no poder seguir cuidando de Rosie como lo había hecho en el pasado. Ella también se estaba haciendo mayor y el Sr. Rossi temía que ya no pudiera cargar con él como lo había hecho en el pasado.
Un día, el Sr. Rossi tomó la difícil decisión de vender a Rosie a un joven que se había interesado por ella. Al Sr. Rossi se le rompió el corazón al tener que separarse de su querida Rosie, pero sabía que era lo mejor para ambos.
El joven, llamado Marco, cuidó muy bien de ella, que parecía mejorar bajo sus cuidados. Marco utilizaba a Rosie para transportar mercancías por la ciudad, y era tan fiable como siempre.
Con el paso de los años, Marco llegó a querer a Rosie tanto como el Sr. Rossi, y se aseguró de cuidarla con esmero. El Sr. Rossi solía visitar a Rosie y a Marco, y siempre le complacía ver lo feliz y bien cuidada que estaba.
Un día, Marco le dio una sorpresa al Sr. Rossi. Había devuelto a Rosie su antiguo esplendor y estaba tan guapa como el primer día que la compró. El Sr. Rossi se alegró mucho de ver a su querida Ape y agradeció a Marco que cuidara tan bien de ella. Los dos hombres se hicieron amigos rápidamente, unidos por su amor a Rosie.
Y así, Rosie, la vieja Piaggio Ape, vivió el resto de sus días rodeada de amor y cuidados, dando alegría a todos los que la conocieron. Fue un final feliz para todos, y el legado de Rosie perduró durante muchos años.»
– Reparar, reciclar, reutilizar
¿Ape o carricoche casero?
Guy Martin en Ape
Carreras de Apes
Ape y salchichas
Y con motor eléctrico.
Apes en Cachemira
La piccola vetture a due ruote
Recuerdos en miniatura
Su padre y él, haciendo derrapes con un Ape.
El Ape se hace eléctrico
Y la India se hace eléctrica.
Estudio fotográfico
Un mítico Vespa Ape del 72 covertido en estudio y laboratorio fotográfico ambulante.
Piaggio Apecar Diesel
Food Truck Piaggio Ape en Colombia
Ahora que empiezan a verse FoodTrucks en España nos encanta que usen como base el Ape.
Son una experiencia única para comer en las calles, disfrutando con compañeros de trabajo, amigos y familiares de un plan diferente.
En este caso ofrecen los mejores crêpes al estilo francés en la ciudad de Cali.
Puedes seguirlos en @mercicreperie
¿Vespa o Ape?
L’Ape Genuina
La idea es tan simple que parece banal : una Piaggio Ape de 50, algunas flores, frutas de temporada, la música adecuada, y ¡ya está!
Anna ha sido capaz de aprovechar el momento de crisis actual como una oportunidad para transformar su necesidad de naturaleza y libertad en su trabajo. Con su Ape cargada de fruta madura hace kilómetros para llegar a los distintos festivales y eventos donde confecciona al momento sus macedonias frescas, coloridas y auténticas… como ella misma.

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