Viajar con un remolque tiene sus ventajas. Para empezar, tienes la libertad total de decidir a dónde ir y cuándo. Puedes cambiar tus planes sobre la marcha y explorar lugares fuera de lo común. Además, suele ser más económico, ya que puedes ahorrar en alojamiento y comer en restaurantes o sobre la marcha en la acampada.
La conexión con la naturaleza es otra gran cosa. Puedes parar en lugares naturales, playas o bosques, disfrutando de la belleza del entorno. Y, por supuesto, ¿a quién no le gusta tener todas las comodidades en movimiento? Aunque se trate de las más pequeñas…
El caravaning también te permite socializar. En los campings, puedes conocer a otros entusiastas y compartir experiencias. No hay tantas restricciones, puedes seguir tu propio ritmo y disfrutar de un ambiente más relajado.