El grabado a buril es un proceso artesanal en el que se utiliza una herramienta llamada buril para cortar o tallar líneas y formas en una superficie de metal, generalmente cobre, latón o acero. El buril es una herramienta de corte con una punta afilada en forma de diamante o lozenge en el extremo, que se empuja o arrastra a través del metal para crear incisiones.
Esta es una técnica meticulosa y precisa que requiere habilidad y experiencia para lograr resultados detallados y finamente elaborados. Los grabadores pueden controlar la profundidad y el grosor de las líneas mediante la presión ejercida sobre el buril y la dirección en la que lo mueven sobre la superficie del metal. A medida que el buril corta el metal, crea surcos en la superficie, creando líneas, texturas y detalles en la pieza.
Esta técnica ha sido utilizada históricamente para crear grabados artísticos, ilustraciones en libros, billetes y estampados en papel moneda, así como para producir placas de impresión en la fabricación de grabados y estampados. Aunque en la actualidad las técnicas de grabado han evolucionado con la introducción de tecnologías como el grabado láser y otros métodos mecánicos, el grabado a buril sigue siendo apreciado por su capacidad de crear detalles intrincados y la conexión directa entre el artista y la pieza en proceso.