La pasta para pulir metales es una mezcla de varios componentes que pueden variar según la marca y el tipo de pasta. Suelen incluir abrasivos, que son partículas finas de materiales duros como óxido de aluminio, carburo de silicio u óxido de cerio. Estas partículas son las encargadas de remover las imperfecciones de la superficie del metal y pulirlo. Además, se incluyen aglutinantes que mantienen unidos los abrasivos y les dan la consistencia necesaria para formar la pasta. Estos aglutinantes pueden ser ceras, resinas sintéticas o aceites minerales. También se utilizan lubricantes, como aceites minerales o grasas, que reducen la fricción entre la superficie del metal y la pasta, facilitando el proceso de pulido y evitando rayones adicionales. Algunas pastas pueden contener disolventes para facilitar su aplicación y limpieza posterior, como alcoholes o solventes minerales. La proporción y la combinación exacta de estos componentes pueden variar dependiendo del tipo de metal que se va a pulir y el resultado deseado.
¡A pulir!